Un buen auditor interno de cualquier certificado ISO debe tener las siguientes habilidades:
Dominio de las Normativas y Procedimientos
Un buen auditor interno tiene que conocer las normas y procedimientos como la palma de su mano. Estamos hablando tanto de las normas generales de la industria, sino también de las específicas para cada actividad en particular.
Un buen auditor es aquel que domina la norma a auditar (ISO 9001 de calidad, ISO 14001 de gestión ambiental, ISO 45001 de seguridad laboral, SMETA o Forética SGE21 de Responsabilidad Social entre otras), pero también sabe cómo se aplica a los procesos de la empresa que audita. Imagina que estás en medio de una auditoría y te encuentras con un proceso desconocido. Si no conoces solidamente las normas y cómo se aplican, puedes pasar por alto un error crítico.
Excelentes Habilidades de Comunicación
Un buen auditor interno necesita saber cómo hablar y cómo escuchar. Un auditor que escucha puede detectar problemas que no son evidentes a primera vista.
Pensemos en un auditor como un detective. Los detectives no resuelven los casos solo con pruebas materiales; también necesitan entrevistar a las personas, escuchar sus historias y detectar cualquier inconsistencia. Un buen auditor, como un buen detective, sabe que a veces los problemas más grandes pueden revelarse a través de la conversación.
Imparcialidad del buen auditor interno
La imparcialidad es la clave para cualquier auditoría. Los auditores internos deben ser capaces de abordar una auditoría sin prejuicios ni favoritismos. Cualquier sesgo puede llevar a una interpretación incorrecta de los datos y, en última instancia, a una auditoría fallida.
Habilidades de Pensamiento Crítico
La auditoría ISO es una tarea que requiere habilidades de pensamiento crítico para identificar problemas y pensar en soluciones. El curso auditor interno ISO, es de gran ayuda. Un buen auditor puede analizar una situación, identificar las causas raíz de los problemas y sugerir mejoras.
Un auditor debe detectar los hallazgos y ayudar a encontrar la causa subyacente de la enfermedad. De la misma manera, un auditor debe buscar las causas subyacentes de los problemas en lugar de tratar simplemente los síntomas.
Detalle Orientado
El último pero no menos importante, es la atención al detalle. El error más pequeño puede tener consecuencias importantes. Un buen auditor debe tener un ojo para los detalles y ser capaz de identificar problemas que otros podrían pasar por alto.
Se espera que un buen auditor interno sepa encontrar agujas en un pajar. Cada detalle, cada documento, cada proceso puede ser la clave para garantizar la conformidad y la mejora de la calidad. Por ello, puede ser interesante contratar la auditoria ISO interna.